¿EMPRENDER SOLO O ACOMPAÑADO?
Emprender es todo un reto y llevar a cabo esa idea de negocio es sinónimo de osadía y por cierto de valentía ante la realidad de competencia que existe en el mercado. Cuando tienes una buena idea, ganas de llevarla a cabo, pero no te decides y es ahí cuando aparece una de las interrogantes que por lo general se formulan algunos(as) emprendedores(as); ¿Emprendo solo o es mejor acompañado? Es una de las preguntas claves que se hace un emprendedor y también una de las preguntas que nos hacemos para muchas decisiones importantes en nuestra vida. No es una decisión fácil y, aunque depende de cada caso, es cierto que un equipo formado por varios miembros suele aportar mucho más; “trabajar en equipo divide el trabajo y multiplica los resultados”.
Hoy queremos plantear el tema del emprendimiento desde ambas perspectivas, separando las ventajas y desventajas de cada uno de estas alternativas, de manera que se pueda tener mayores elementos de juicio a la hora de decidir el destino del proyecto de negocio a emprender.
Emprender y sus compromisos.
Desde la idea de negocio hasta la puesta en ejecución del proyecto existen una serie de implicancias relativas al emprendimiento que tiene que ver de forma directa con todo lo relacionado con la estructura logística y financiera del negocio. Esto tiene como resultado que quien emprende, asume una serie de responsabilidades relativas a los diferentes aspectos que sostienen el emprendimiento, tanto operativos como aquellos relacionados con la generación de riqueza, teniendo que estar velando siempre por el buen funcionamiento y mantenimiento del emprendimiento.
En ese sentido, es costumbre que quienes emprenden se auxilien de colaboradores, ya sea empleados(as) o asistentes, sin embargo, aun teniendo este tipo de apoyo, la carga principal del proyecto queda en manos de quien lo inició.
¿Emprender solo o acompañado?
Considerando como base lo expuesto anteriormente, existe una alternativa al emprendimiento, asociarse con una o grupo de personas, que le permitan al ideólogo del emprendimiento solventar tanto la carga operativa de la empresa como en la parte financiera.
Sin embargo, la decisión de asociarse debe ser sobre la base de la razón y no de la emoción o condición de un momento determinado.
Entonces, queremos presentar algunas ventajas y desventajas, sin que estas sean por cierto las únicas, de tener a un(a) socio(a) de emprendimiento.
EMPRENDER | ||
SOLO | ACOMPAÑADO | |
Ventajas | Ventajas | |
Más libertad a la hora de llevar a cabo acciones, ya que seremos los únicos en tener la última palabra. | Contar con mayor número de ideas ( el proyecto dispone de más cabezas pensantes) y de contactos, lo que ayudará a crecer más fácilmente. | |
Metas y objetivos, no deberán discutirse con nadie más que con nuestra propia almohada. | Tener la capacidad de generar un mayor nivel de capital inicial para el emprendimiento. | |
Ganancias del negocio recaerán solo sobre una persona. | Menor riesgo en la inversión y distribución de responsabilidades. | |
Se comparten tanto ganancias como gastos. | ||
Complementar las destrezas y habilidades dentro del contexto del negocio. | ||
Desventajas | Desventajas | |
Asumir toda la responsabilidad y presión, por lo que tanto si el negocio triunfa como si fracasa será gracias o por culpa nuestra. | Compartir responsabilidades con alguien puede traer confrontaciones y problemas. | |
Las pérdidas del negocio recaen sobre una persona. | No tener poder total de decisión | |
Durante las primeras fases del inicio de un proyecto, surgen dudas, miedos y desmotivaciones que si se afrontan en equipo. | Compartir los beneficios |
Ahora, la pregunta natural que surge es ¿Cómo elegir a un(a) socio(a) de emprendimiento?
¿Cómo elegir a un(a) socio(a)?
Es importante tener en cuenta que existen tipo de socios, el inversionista que pone capital pero no tiene injerencia en la operación y decisiones del negocio, es decir invierte, tiene su ganancia pero tú sigues siendo el dueño de tu negocio; el otro es el socio capitalista que adquiere derechos o acciones de la empresa y se involucra en la gestión ( el grado de participación depende casi siempre del capital invertido), incluso en algunos casos, toma parte en las decisiones de consejo de administración o directorio con voz y voto.
Elegir un acompañante en este proyecto, será necesario identificar las razones que mueven a quien emprende a asociarse. En ese sentido se invita a la persona a tener en cuenta entre otros, los siguientes criterios:
- Reputación. La reputación tiene que ver con la honorabilidad de la persona con quien se desea asociar. Es válido resaltar que por lo general los/las socios(as) son amigos(as) o familiares. Sin embargo, esto no quita que se tenga un criterio claro de la reputación que le precede. Por lo tanto, es determinante para el éxito del proyecto que quien emprende y busque asociarse sepa con quien lo hace y si está a la altura de los estándares mínimos de participación.
- Nivel de participación en el emprendimiento. El nivel de participación se relación en términos de toma de decisiones y de beneficios. Es posible que la asociación sea solo de capitales o bien implique que exista un panorama más activo en el proyecto. En ese sentido, se sugiere tener una perspectiva clara de qué se está buscando con este(a) socio(a), para que se defina el nivel de participación del mismo(a).
- Expectativas que tenga del negocio. Independientemente del nivel de participación que tenga en el proyecto, el/la socio(a) tiene expectativas que deben ser, dentro del marco de lo posible, satisfechas. Por lo tanto, es preciso que haya una mesa de negociaciones en donde se definan dichas expectativas y determinen cómo pueden ser ajustadas a la realidad del proyecto.
- Nivel de compromiso. La cuarta pauta complementa las tres anteriores porque se logra identificar el nivel de entrega al proyecto. No todas las personas se vinculan de la misma manera y es posible que la forma en que quisiera ser parte del negocio sea distinta a la que se espera. Es por esto que se hace necesario clarificar este punto, de manera que se eviten situaciones de insatisfacción durante el desarrollo del proyecto.
- Capacidad financiera. La capacidad financiera hace tangible la participación de quien se asocia en un emprendimiento. De hecho, es común utilizar un monto (en dinero) como parámetro para definir la participación tanto en la toma de decisiones como en la repartición de beneficios. Pero al mismo tiempo identifica el nivel de respuesta ante situaciones adversas, es decir, al tener control de la capacidad financiera se puede tener una visión más acabada del nivel de riesgo que se puede asumir.
- Madurez en el tema de negocios. Por último, está la madurez que presente en temas de negocios.
En lo personal, que si necesitara crear un negocio me asociaría con otro u otros incluso, solo en el caso que el tipo de negocio lo requiera o por temas de financiación, buscaría una forma de financiación y pactaría una participación de un 50 – 50, debiendo ser yo que tenga más de la mitad de las acciones o derechos sociales en la empresa, ya que alguien debe ser la cabeza visible y quien tome la última decisión, adicionalmente las responsabilidades deben estar muy pactadas y asignadas de acuerdo a las habilidades, experiencia, trayectoria de cada uno de los socios; establecer reglas muy claras y en ello hay que buscar asesoraría.
Como puedes ver, hay múltiples cosas que debemos plantearnos. Aun así, no hay que olvidar que, aunque económicamente parezca mucho más rentable emprender solo, a la larga muchas veces las empresas formadas por equipos pequeños pueden crecer mucho más.
¡Por eso, es importante que te tomes un tiempo para pensar, ¿hacerlo solo o acompañado?
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